El religioso habló sobre la difícil situación que se vive en la zona, que se encuentra en emergencia sociosanitaria.
El sacerdote franciscano y director del santuario Virgen de la Peña, Rubén Sica, se refirió a la difícil situación que se vive en el norte, que se encuentra en emergencia sociosanitaria por la muerte de niños originarios, inundaciones que perjudicaron a cientos de familias del departamento San Martín y los cortes de la ruta 34 a consecuencia de los desbordes los arroyos. A esto se suma la falta de servicios esenciales como agua y electricidad.
Sica expresó: “Vivimos en una zona de clima subtropical con lluvias intensas, pero definitivamente vivimos en otra provincia porque la realidad es que no somos parte de la ‘Salta‘ que todos conocen. Parece mentira que una sola lluvia deje como resultado evacuados, inundados después de tantas experiencias de este tipo que ya hemos tenido. En el norte si llueve o si no llueve es lo mismo, porque no tenemos agua potable, se corta la luz durante horas y nuestros hospitales están devastados. Para ir al médico tenemos que hacer 400 km hasta la capital, porque acá no hay profesionales y ni qué hablar de la gente el Chaco salteño‘.
“¿Hasta cuándo vamos a estar así?”
El sacerdote se preguntó: ‘Hasta cuándo vamos a estar así, en una zona de la que salen todas las riquezas hidrocarburíferas, agropecuarias y madereras que se aprovechan en Salta, pero acá nos tiran unas cuantas migajas y listo, siempre y cuando el intendente sea amigo del gobernador porque si no lo es, sonamos. Sufrimos un abandono indignante porque no se invierte en esta zona y solo nos tiran unas migajas y de acuerdo a la voluntad, conveniencia y amiguismo político. Que me disculpen que se los diga de esta manera pero ya me da un poquito de indignación‘.
Pidió por favor a la dirigencia política que dejen de castigar al norte, “inviertan acá lo que es justo, lo que a esta zona le pertenece y que dejen de robar las riquezas de este norte. Ésta zona era rica antes de las privatizaciones, pero ustedes la han empobrecido, la han pisoteado a más no poder con el agravante que nuestros vecinos no pueden mudarse a otro lugar porque acá tienen su trabajo, su vivienda o simplemente sus raíces y su historia familiar”, exclamó.
“¿Qué pasaría si nos vamos todos?”, se preguntó Sica y finalmente abogó para que la gente tenga agua potable, gas que se produce en el norte pero que se va para otro lado, energía eléctrica y salud. “Es todo lo que pedimos‘, concluyó el cura párroco.
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