Este 30 de diciembre se cumplen 20 años de la Tragedia de Cromañón, y el aniversario plantea una ocasión para saber qué pasó el 30 de diciembre de 2004 en el recital de Callejeros.
Se trata de la mayor tragedia no natural de la historia argentina, ocurrida en el boliche República Cromañón, ubicado en Bartolomé Mitre al 3060, donde se presentaba el grupo Callejeros. En el local había 3500 personas, muy por encima del máximo de 1031 habilitado por el gobierno porteño, que había concedido la licencia en base a planos que no coincidían con la arquitectura del lugar: el croquis marcaba una puerta donde había una pared, no funcionaban los matafuegos ni la manguera de incendios, y tampoco había plano de evacuación.
La tragedia empezó cuando una bengala prendida desde el público encendió una media sombra en el techo. Este material recubría una capa de espuma poliuretano y otra de guata, que al quemarse produjeron emanaciones de cianuro de hidrógeno (ácido cianhídrico), dióxido de carbono, monóxido de carbono, óxido de nitrógeno y vapores de isocianato, todos compuestos tóxicos.
Varios murieron por esos gases letales, pero no fueron la única causa. Las puertas principales, cerradas para impedir el ingreso de las personas que se habían quedado afuera del recital, retuvieron a quienes asistieron dentro del local en llamas, mientras que una puerta marcada como salida se encontraba cerrada con candados y los matafuegos estaban, en su mayoría, inutilizables. Incluso entre los que escaparon en una primera instancia hubo víctimas, ya que tras el hecho se conocieron historias de otros que murieron más tarde al intentar rescatar a otros que habían quedado adentro. Ese día murieron 194 personas.
“La corrupción fue la génesis de la tragedia”, dijo el fiscal Fabián Céliz en su alegato en el último de los cinco juicios orales por el incendio en Cromañón. Los distintos procesos judiciales determinaron 15 culpables, entre los que estaban los responsables del local —Rafael Levy y Omar Chabán—, músicos de Callejeros, policías y funcionarios involucrados en las habilitaciones previas del local.
Sin embargo, actualmente solo Eduardo Vázquez, baterista de la banda de rock, sigue preso, pero por su culpabilidad en el femicidio de su esposa, Wanda Taddei, ocurrido en 2010. Omar Chabán, que como gerenciador fue la máxima cara visible entre los responsables del local que pertenecía a Levy, murió en 2014 de cáncer mientras cumplía prisión domiciliaria.
La magnitud de la tragedia y las responsabilidades municipales encontradas en el labrado de habilitaciones que no deberían haberse hecho tuvieron un impacto en la figura de Aníbal Ibarra, por entonces jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El 7 de marzo de 2006, Ibarra, que ejercía su segundo mandato después de haber sido refrendado en 2003, fue destituido debido al caso Cromañón. Fue la primera vez en la historia de la ciudad, y hasta ahora la única, en que el titular del Ejecutivo fue separado de su función.
Tras la tragedia, el boliche ubicado en el barrio porteño de Once no volvió a abrir sus puertas. En 2022 se aprobó una ley que expropió el local y que busca convertirlo en un espacio para la memoria. Alberto Fernández impulsó su reglamentación durante sus últimos días como Presidente de la Nación. En paralelo, las familias de las víctimas continúan su pelea por el reconocimiento y las indemnizaciones correspondientes.
